El Golem fue creado por el Maharal de Praga en el Siglo XVI, para defender el Barrio Judío. Cumplió cabalmente su misión, pero se volvió demasiado violento, y hubo que encerrarlo.
En su frente se leía la palabra "emet", o sea, "verdad". Cuenta la leyenda que el rabino borró la "e", quedando la palabra "met", que significa muerto, y que desde entonces yace, en animación suspendida, en el ático de la sinagoga, cuya escalera derruyeron parcialmente para que nadie pudiera subir. Teóricamente, ahí espera que la ciudad de Praga lo necesite.

Pero la leyenda es falsa. Harto de toda esa inactividad, el Golem se mudó a Caracas, donde vive como un cincuentón agridulce, y abrió un blog para compartir sus fotografías y criticarlo todo. Bienvenidos a ese blog.

jueves, 9 de mayo de 2013

El suplicio del permiso de viajes, o de cómo los divorciados no deben viajar en comunismo.



Un fenómeno que me causa una gran inquietud, justificada a mi parecer, es cómo los miedos crecen con la edad, tanto en número como en intensidad. A los 18 años, sólo le tenía miedo a las culebras venenosas. Ahora, mis temores son legión.

Pero no existe nada que me cause tan rápidamente esa desagradable sensación de vacío en la boca del estómago como la sola mención del infame permiso de viajes para menores. (Pausa para generar más miedo).

El solo hecho de que un padre necesite una autorización escrita y legalizada ante el estado para llevar de viaje a sus hijos nos habla del declive de la sociedad, y de cómo ese estado-papaDios siente la imperiosa necesidad de estar metido en los rincones más íntimos de nuestras vidas. En las sociedades civilizadas no se parte del principio que los padres raptan a sus hijos, sino que se les considera inocentes hasta probar lo contrario. Pero aquí no. El todopoderoso estado TIENE que velar y regular cada aspecto de la vida, suponer siempre lo peor, y actuar en consecuencia.

Por lo tanto, somete a las parejas divorciadas a un nuevo escollo que superar, proporcionando a los ex cónyuges nuevas y deliciosas maneras de vengarse de las miles de afrentas vividas o imaginadas: ahora, ¡no te doy el permiso para que viajes con los niños!. O, en el mejor de los casos, te lo doy a última hora, a cambio de que me pagues tal o cual cosa.

Quienes participaron en la redacción de la ley, previeron que esto pasaría, e idearon un mecanismo mediante el cual, en caso de desacuerdo, un juez podía decidir en cosa de pocos días si los pobres muchachos que veían en pico de zamuro sus vacaciones podrían viajar o no. Todo perfecto, ¿no?

¡Nooooo! El súper estado tenía que demostrar su infinito poder, y hacer que las cosas fáciles fueran difíciles. Y la Sala Constitucional del TSJ, como suele hacer, declaró que la ley no dice lo que dice, sino todo lo contrario, y mediante esta sentencia decidió que los permisos de viaje se ventilaran por el procedimiento de la guarda y custodia, el cual no puede, en ningún caso, durar menos de un año. Bye bye, vacaciones.

Mis escasos y desocupados lectores me dirán: "Bueno, Golem, deja la quejadera. Todo radica en que los padres de pongan de acuerdo, y en el fondo esas leyes protegen a los niños". Y tendrían razón. Si no fuera por el comunismo.

Cuando entró el comunismo, las cosas empezaron a cambiar. Como a todo Golem le consta, el comunismo es enemigo de los viajes. Le gustan las fronteras cerradas. Le gusta que la gente se quede adentro. Y fue el caso que, solapadamente, empezó a operar y a tejer sus redes en torno al ya humillante e innecesario trámite del temido permiso de viaje.

En mi caso personal, superadas las negativas iniciales, pasé un período en que no tuve ningún inconveniente con los dichosos permisos, y realicé bastantes viajes sin mayor problema con las autoridades, hasta que llegó el día. "Este permiso no tiene la huella dactilar de la madre. Las niñas no pueden viajar".

Así de simple. En el aeropuerto de Maiquetía un día decidieron, sin avisarle a nadie, que los permisos tenían que llevar huellas digitales. Desastre total, económico y emocional. Dos niñas llorando deseperadas, mientras el funcionario (¿servidor?) público se henchía de placer totalitario ante su maravilloso despliegue de autoridad y las señalaba constantemente con el dedo: "¡Ustedes no viajan!". No hubo razomaniento que valiera.

Cambio de pasajes costosísimo para seis personas, pérdida de las reservaciones hechas (más $), corre y corre para conseguir otro permiso de viaje en Maracaibo. Cuando la ley solamente dice, en su artículo 392 que el permiso debe ser autenticado, es decir, notariado. No dice nada de huellas dactilares.

Ni de copias de las partidas de nacimiento anexas, como nos han pedido después entre otros. Porque la cosa no ha parado ahí. Ahora la propia gente del instituto de protección al niño y al adolescente ha diseñado un esquema, totalmente alejado de lo que dice la ley, mediante el cual el permiso, que sólo tenía que ser notariado, requiere:

- Original y copia de la partida de nacimiento y del pasaporte del niño, niña o adolescente.
- Original y copia de la cédula de identidad de los padres o representante legal.
- Original y copia de la cédula de identidad y pasaporte de la persona con quien viaja.
- Dos (2) fotos tamaño carné del o los viajeros, así como de los padres y de la persona con quien viaja.
- Recibo de electricidad, teléfono o constancia de residencia. De la misma manera es obligatorio que se presenten ambos padres.

Esto parece inventado, pero no lo es. Verificarlo aquí. Se necesitan fotos, constancias de residencia, etc. para obtener un permiso del cual la ley sólo dice que tiene que ser notariado. Y por supuesto, cabe esperar que en el futuro esta lista de requisitos y anexos se siga incrementando, hasta incluir el carnet del partido político de todos los familiares, y por lo menos la fe de bautismo de la abuela de los chamos. Lo cual, por supuesto, no publicarán en ningún periódico, no sea que los enemigos-envidiados-odiados padres puedan ponerse al día, y ¡Marx no lo permita! logren salir de vacaciones con sus hijos.

La propia gente llamada a cumplir la ley hace con ella lo que le da la gana. Curioso, muy curioso y muy parecido al totalitarismo: un sistema de gobierno en el cual la ley no le dice al funcionario cómo hacer las cosas, sino que el funcionario, según lo que le dé la gana, fabrica él mismo la verdadera ley.Y lo que le da la gana es hacer que sea muy, pero muy difícil viajar a los hijos de divorciados. 

Tan difícil que American Airlines está poniendo etiquetas de un amarillo fosforecente en todas las maletas de los que viajamos con permisos. La etiqueta dice "Standby- Permiso de Viaje".



Detengámonos un momento a pensar en lo que simboliza la etiqueta. Existen tantos padres e hijos que son detenidos en el último momento y no se les permite viajar, que la mayor línea aérea ha tenido que diseñar un procedimiento para no montar su equipaje en el avión hasta que hayan pasado por el control de migración. 

Sencillamente, la idea es no dejarnos viajar. Como no lo pueden hacer de un tirón, nos van restringiendo poco a poco los modos, hasta que cuando nos demos cuenta, estemos cocinados como la proverbial rana.

Todo esto, por supuesto, sólo vale para los tontos a quienes nuestra moral nos impide participar de la actividad económica informal, el motor que mueve al país, en donde por una módica suma se puede simplemente comprar el famoso permiso.






2 comentarios:

  1. Hola. Fui amigo del Cronista de Caracas, el Médico Dr. Montenegro. No sabia de esta pagina de su hijo, me alegra. En cuanto al permiso, bueno en Venezuela SOMOS SOCIALISTAS y los permisos no son complicados y son GRATIS.... claro si vives en Miranda alli hay un gobernador que todo lo complica y nunca esta, VIAJA MUCHO....lo que no se debe es sacar ese permiso el mismo dia, otos viajan....

    ResponderEliminar
  2. Granito, un placer conocerte! Lamento diferir en ciertas cosas: Primero, ecuentro a Venezuela más capitalista que nunca, pero con una burocracia que a veces es comunista/trasnochada. Los permisos son gratis, pero sí son muy complicados de sacar, y más complicados que te los acepten en inmigración. Y no tienen nada que ver con la gobernación!

    Recientemente tuvimos otra "experiencia" con un permiso. Un vuelo saliendo antes de las cinco de la mañana, pasando por inmigración a las tres y media am... niño de tres años dormido en su coche, como es natural. Pues nada, la funcionaria decide que hay que despertarlo para preguntarle cómo se llama su papá. Muy humano ¿no?

    ResponderEliminar