El Golem fue creado por el Maharal de Praga en el Siglo XVI, para defender el Barrio Judío. Cumplió cabalmente su misión, pero se volvió demasiado violento, y hubo que encerrarlo.
En su frente se leía la palabra "emet", o sea, "verdad". Cuenta la leyenda que el rabino borró la "e", quedando la palabra "met", que significa muerto, y que desde entonces yace, en animación suspendida, en el ático de la sinagoga, cuya escalera derruyeron parcialmente para que nadie pudiera subir. Teóricamente, ahí espera que la ciudad de Praga lo necesite.

Pero la leyenda es falsa. Harto de toda esa inactividad, el Golem se mudó a Caracas, donde vive como un cincuentón agridulce, y abrió un blog para compartir sus fotografías y criticarlo todo. Bienvenidos a ese blog.

miércoles, 4 de enero de 2012

Warairarepano (el disparate) Vs Guariarepano

Hace tiempo que quiero reivindicar a mi papá, frente al absurdo y anacrónico uso del nombre Warairarepano para designar a nuestro querido Ávila. No sólo quiero compartir el texto por ser de mi padre, sino porque creo firmemente que tiene razón. Así lo creyeron la mayoría de los estudiosos contemporáneos, y la condecoración por excelencia del Consejo Municipal de Caracas se llama “Orden Guariarepano”.


Así escribió mi padre, el Dr. Juan Ernesto Montenegro, en su libro “Caracas y Guaiqueríes, razas caribes” (en 1983, mucho antes de ser Cronista de la Ciudad), refiriéndose a la Relación del gobernador Juan de Pimentel:

GUARARIA REPANO: Nombre indígena de la serranía que separa la ciudad de Caracas, del mar Caribe. Incluye lo que llamamos cerro de El Ávila y la Silla de Caracas. La Relación  señala “que quiere decir Sierra Grande”.

No obstante la seriedad de la fuente, hemos de entrar en desacuerdo con la traducción de Sierra Grande. Sierra o serranía se dice en diversos dialectos caribes HIPUE, HUPUE o HUIPE,  y cerro TOPO, TEPUY y CHENCUR (Chaima). Grande se dice CACHIPRA, CASPUIN o TAMNECA. Se puede decir entonces Sierra Grande con palabras dispuestas de diversas maneras; por ejemplo CACHIPRAHIPUE o  CASPUINTOPO, para ofrecer dos formas de las muchas que se podrían elaborar. Es evidente que no hay semejanza entre ninguna composición posible y el vocablo que estudiamos.

Para su compresión verdadera, proponemos la siguiente interpretación: a) el vocablo no es GUARAIRA REPANO, como asienta el escribano, sino GUARIAREPANO. Tenemos a la vista fotocopia del original de la Relación, en la cual resalta que una línea termina con el comienzo del vocablo en sus dos primeras sílabas, es decir en GUARA. En la línea siguiente continúa la palabra RIA y en seguida, pero separada, REPANO. Tenemos la convicción de que la segunda sílaba de GUARA resulta sobrante, y de que REPANO no deber ir separado, sino que se une en una palabra compuesta que sería entonces así: GUARIAREPANO. Esto lo atribuimos a la comprensible confusión que ha podido sufrir el amanuense al transcribir al castellano el fonema indígena, que es casi un trabalenguas para todo aquel que no hubiera acostumbrado su oído a la jerigonza caribe. B) GUARIAREPANO es un vocablo con significado lingüístico etimológico y con contenido ecológico: en varios dialectos caribes, GUARIARE designa a la abeja pequeña (Ruiz Blanco, Tauste, Yangues) en particular. Y PANO o PANA, es desinencia que en cumanagoto y por lo tanto en caraca y otros dialectos caribes, da idea del sitio donde abunda una cosa (…)

 Así GUARIAREPANO significa sitio donde abunda la abeja pequeña, o simplemente Abejero Abejar, siempre y cuando se entienda que se refiere a una especie de abeja en particular, y no a cualquier abeja.
GUARIAREPANO significa escuetamente lugar de abejas, así como Maracapana significa lugar de maracas o totumas pequeñas, (…) o como Carúpano quiere decir lugar donde abunda la carupa, que es una clase de tabaco según Arístides Rojas (…)

Da la circunstancia de que en las alturas de la sierra, sobre todo en el sector de la Silla de Caracas, abundan unas abejas que desde antaño se conocen con el nombre de “angelitos”. (…) Quien haya escalado la Silla, habrá podido observar que estás abejas se posan en los arbustos mientras está nublado, pero apenas brilla el sol salen de sus asientos y empiezan a revolotear alrededor de los paseantes sin inferirles daño alguno.

Leamos lo que observó Humboldt en relación a estas pequeñas abejas: “…vime las manos cubiertas de una especie de abejas vellosas algo menores que la abeja melífica del Norte… Llámalas el pueblo de estas regiones angelitos, porque no pican sino rarísimamente… Confieso que durante las observaciones astronómicas, he estado con frecuencia a punto de dejar caer los instrumentos cuando sentía las manos y la cara cubiertas de estas abejas”.

Sin más comentarios, diremos que GUARARE o HUARIARE también significa danta; y que Cruxent había señalado que esta sierra nuestra está surcada de pistas de dantas.

Quiero resaltar un par de cosas que mi padre, en su infinita caballerosidad, no enfatizó demasiado para no llevar tanto la contraria a sus apreciados colegas:

Primero, el hecho de que en la Relación de Pimentel, es decir, en el original manuscrito, la sílaba cuestionada está en un salto de línea. Es más que evidente que es el sitio ideal para cometer un error de transcripción, y sobre todo para meter, por error, una sílaba de más, o repetir una sílaba en la línea de abajo. Para mí, es prácticamente seguro que esto haya sucedido: el amanuense se olvidó que ya había escrito la sílaba pertinente al bajar de línea.

Segundo, la inmensa abundancia de abejitas que narra Humboldt, versus la rareza de las dantas. Todos los que hemos subido mucho al Ávila (por encima de los 1.700 metros) conocemos los angelitos, pero no sé de nadie que haya visto una danta allá arriba. De hecho, el hábitat usual de la danta es por debajo de esas alturas, y siempre asociada a grandes ríos y lagos, no a los riachuelos y pequeñas lagunas del Ávila. Como dice Téllez en su libro acerca de la fauna venezolana: es un animal semi anfibio. Evidentemente, resultaría más romántico, misterioso y pintoresco que el Ávila estuviera asociado a un animal tan emblemático como la danta, pero la lógica nos tiene que decir que no es cierto. Estoy seguro que de hay dantas en el Ávila, y que en otros tiempos hubo muchas más. Pero jamás pueden haber sido tan abundantes como para darle su nombre.

Todo ello me lleva a creer que realmente, el nombre de nuestro cerro es Guariarepano, y su significado es “el lugar donde abundan las abejas”.

El uso bastardo de la W requeriría de un comentario aparte. Baste decir que en nuestro idioma esa letra apenas si existe para escribir palabras extranjeras. En los términos del Diccionario de la Real Academia:

“…usada en voces de procedencia extranjera. En las lenguas en las que existe como fonema, su articulación es ora de u semiconsonante, como en inglés, ora fricativa labiodental y sonora, como en alemán. En español se pronuncia como b en nombres propios de personajes godos, p. ej., en Walia, Witerico, Wamba; en nombres propios o derivados procedentes del alemán, p. ej., en Wagner, Westfalia, wagneriano, y en algunos casos más. En vocablos de procedencia inglesa conserva a veces la pronunciación de u semiconsonante; p. ej., en Washington, washingtoniano(Subrayado mío)

Es decir, que al usar la W pronunciada como “gu”, ¡estamos indicando que nuestro vocablo caribe es de procedencia inglesa! ¡Del imperio mismo, pues!